Impacto de la subida del precio de la luz en el producto final de las empresas

Por Lorena Barrera Nicolás

Responsable de proyecto en Tarifas Gas Luz

¿Qué consecuencias deja la subida del precio de la luz en las empresas?

En los últimos tiempos, el aumento del precio de la luz ha sido motivo de preocupación tanto para la mayoría de los hogares como para las empresas en España. La energía eléctrica es un componente esencial en la producción y operación de muchas empresas, y cualquier cambio en su precio puede tener un impacto significativo en los costos de producción y, en última instancia, en el precio final de los productos.

“El incremento del coste de la energía, especialmente de la electricidad, durante todo 2022 ha encarecido los costes fijos de las empresas de forma estrepitosa y en muchos casos ha puesto entre las cuerdas la supervivencia de los negocios”, afirma Borja Osta, subdirector de Selectra.

En ese sentido, 2022 fue un año de récord, donde se rompió la barrera de los 500 €/MWh y donde los estragos por la guerra en Ucrania y las consecuencias económicas desatadas por la crisis sanitaria del COVID-19 asolaron a un sector eléctrico que ahora empieza a asomar la cabeza, no sin dejar tras de sí una importante lista de problemas especialmente para las pequeñas y medianas empresas:

 Dependencia de la energía eléctrica en las empresas

La electricidad es fundamental en diversos sectores industriales, desde la manufactura hasta la agricultura y los servicios. Las empresas utilizan energía eléctrica para alimentar maquinaria, equipos, sistemas de iluminación, climatización y otros procesos vitales para su funcionamiento. Por lo tanto, cualquier incremento en el costo de la electricidad se traduce directamente en un aumento de los gastos operativos.

 Aumento de los costos de producción

Cuando el precio de la electricidad se eleva, las empresas se enfrentan a mayores costos de producción. Esto se debe a que el consumo de energía eléctrica representa una parte significativa de sus gastos operativos. Las empresas que dependen de maquinaria y equipos intensivos en energía son especialmente vulnerables a estas subidas de precios, ya que su demanda de electricidad es alta. El encarecimiento de la electricidad afecta directamente la rentabilidad de estas empresas, ya que deben destinar una mayor proporción de sus ingresos a cubrir los costos energéticos.

 Transferencia de costos al producto final

Ante un aumento sostenido en el precio de la luz, muchas empresas se ven obligadas a trasladar parte de estos costos a los precios de sus productos. Esto se realiza para preservar los márgenes de beneficio y evitar pérdidas económicas. Sin embargo, este incremento en el precio final puede afectar la competitividad de las empresas en el mercado, ya que los consumidores pueden optar por productos similares con precios más bajos. Además, en un contexto de demanda sensible a los precios, un aumento en el costo final puede disminuir la demanda de los productos, lo que repercute negativamente en las ventas y en los ingresos de las empresas.

 Disminución del empleo

El incremento de los precios, motivado a su vez por la luz, implica que algunas empresas tengan que recortar gastos e incluso verse obligadas a iniciar esos recortes por su propia plantilla de empleados.

Consejos para reducir la factura de luz en una empresa

Estos factores hacen más complicado ahorrar y limitan las posibilidades de invertir en el negocio y expandir la actividad. De ahí a que la solución - desde el plano energético - pase por mejorar la eficiencia energética con acciones orientadas a reducir el consumo eléctrico o mitigar el precio que se paga por su uso.

No solo es importante reducir la factura eléctrica, sino comprender la necesidad de optimizar la actividad energética para, con menos gasto, mantener el ritmo de producción.

“El control y la previsión es una de las mejores herramientas para evitar que los costes se disparen, contando con tarifas actualizadas y una potencia contratada que se ajuste a las necesidades reales del negocio”, expone Osta.

Para ello, basta empezar con un ligero cambio de costumbres y poner en práctica pequeñas acciones que serán muy beneficiosas para cumplir con el objetivo. Algunos de los consejos para lograrlo:

 Invertir en tecnologías más eficientes y promover prácticas de ahorro como aprovechar la luz natural, usar iluminación led, contar con dispositivos de control de la iluminación, hacer un uso óptimo de los equipos de climatización con su correspondiente mantenimiento periódico y evitar mantener los equipos en 'stand-by'.

 Realizar una auditoría de eficiencia energética para priorizar los indicadores de ahorro de mayor impacto. Ajustar la potencia contratada de una empresa es una acción de ahorro muy rápida. Representa la parte fija de la factura y, por tanto, puede representar hasta el 20% del coste final de la factura. Por otro lado, la vía de ahorro más conocida y habitual es la contratación de una tarifa de luz más barata. No siempre lo más barato cubre las necesidades de ahorro de una empresa, de ahí la necesidad de realizar un profundo análisis de las tarifas eléctricas del mercado y compararlas para elegir la más adecuada.

 Adoptar fuentes de energía renovable puede reducir la dependencia de la electricidad proveniente de la red y mitigar los efectos de las subidas de precios. Las empresas pueden instalar paneles solares, turbinas eólicas u otras soluciones renovables en sus instalaciones.